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5 palabras

Primera palabra:

Mi alma se esparce sobre las telas del mundo
como bits o tinta azul
como ecos de furtivas fragancias de sueños y ausencia
Pero en mi sentir no hay palabras finalizadas

Segunda palabra:

Me pregunto
si en los momentos cruciales
hay amor en mi corazón
O tan solo nidos para pájaros translúcidos
que vuelan en desbandada

Tercera palabra:

Crear un camino propio, con treinta años,
tampoco es fácil

me doy cuenta:
tengo la libertad de una onda
sobre una charca de lágrimas antiguas

Imposible no gritar,
en determinados momentos,
con silencio de lumbre solitaria
mi deseo de ser la piedra que se arroja al agua
o la gota que se filtra por la cavidad de esta máscara

mi deseo es ahora llegar
a la orilla del llanto
al placer culposo de mi reloj estropeado

Cuarta palabra:

En mi juventud no hay lunas llenas
Hay un milagro de eternos atardeceres
que traen consigo la luz sutil
de las estrellas más extrañas

Quinta palabra sobre las telas del mundo:

La naturaleza no necesita palabras:
Habla el lenguaje de
los lazos y las cuerdas
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Adicto a la tortura

Estoy tumbado en el sofá
escuchando la canción mas triste
que compartió conmigo
cada ser de esta tierra.
Me aferro a ella y a ellos
esperando
a que la palabra en sus letras
y la vibración
Atenúe
el profundo desasosiego
que siento

Aparentemente,
hoy nada ha sucedido
Estoy en este refugio
para los profetas
Pero un refugio no es refugio
si de vez en cuando
no se puede salir de él
Sería, pues, una prisión
Una prisión para la mente
y el alma
No hablo de espacios físicos
Hablo de algo más real
e invisible

No abandono la jaula
aunque salga de ella

Aquí estoy protegido del frío
Tengo comida y cama
Y los ángeles cuidan de mi
cuerpo físico
dentro y fuera

Puedo salir cada hora
a fumar un cigarrillo
Pero no pertenezco a la calle
ni a los grupos
ni a las jaulas que uno elige

Tengo todo el tiempo para mí
Solo para mí
Pero en esta tierra yo no soy
Con los demás yo no soy
Soy cuando estoy a solas
(el reflejo de mí mismo en el cristal
empañado de tristeza)
Con hierba en garganta y pulmones
Mientras el aire recorre
las dunas de mi espalda
y me empuja siempre hacia adelante
Nunca hacia arriba
Mi momento no ha llegado
o tal vez pasó a toda velocidad
y no le llegué a ver
(no le volveré a ver)

Bajo el peso de la desídia
siento mal mi cuerpo
Las lenguas
me parecen extrañas
Los sentidos
me protegen de la realidad
Y qué es la realidad
sino el momento presente
Un presente que no veo
Un presente
que no se aprovechar

Estaré por aquí un tiempo
Tomaré la medicina para ahuyentar a la oscuridad cegadora
e intentar revelar el ánimus

Espero dormir todas mi edades
Y despertar muy lejos
en la luz libertadora
Donde se encuentran ellas
Donde se encuentra la esencia
De un gran árbol frondoso
de ramas verdes y doradas

Espero armarme de coraje un día
y dejar la belleza de este mundo
Para los nuevos hijos
Y huir
No volver aunque sepa
cómo hacerlo

Si has leído todos
y cada uno de mis versos
de todos mis poemas
Publicados y guardados
(que no són míos)
entenderás por qué un día
dejaré de caminar
por esta tierra

No me llevaré nada
Me aseguraré de dejar recuerdos
y una estrella en el cielo

Pero jamás me tomes muy en serio
Nunca se lo que digo
La sombra siempre va por delante
No la siento dentro mío

Puede que algún día la abrace
y me convierta en un dios más
de esta preciosa tierra
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Lázaro

La luna fue herida de muerte por su reflejo en la espada

Desangrándose y con dolor de alma
se acercó a su ventana
para entregarle la última luz
que había besado todas sus caras

Su enorme cuerpo de agua se precipitó
gris y descalza
sobre la cumbre en llamas

La espada desangró la piedra de agua

En su caída la roca buscó el jardín
tras las flamígeras palabras
pero el jardín no tenía espacio
para la inmortalidad de las montañas
Tampoco para su enmudecido sentir
de locura en órbita

Dejó un hueco enorme
en la fantasía de los espacios
que albergan las dimensiones silenciosas

La luna apostó con las estrellas
todo lo que tenía
En el pernicioso juego ella perdió la memoria
y recuperó la razón
cautiva en aquél muchacho

Todo, absolutamente todo
encontró un cuerpo

No habrá luna de luz
ni luna tímida
No habrá muchacho triste
tampoco niño extraño
En el espacio quedará un agujero
donde dormirá la unidad
esperando la segunda oportunidad de tocar la punta
de su celeste dedo

Te escribo a ti
que en invierno duermes
con la ventana abierta
A la espera de que el viento
traiga a tu rostro descubierto
un nombre abrazado
a la luna más llena

¡Recuerda
para que regresen!
Luna y muchacho
carne y metáfora
Todo en el cuerpo que
en cada acertijo buscaste

Di en voz alta todos sus nombres
caídos en las guerras
Los nombres de aquellos
que menos importaron
durante los tiempos de código antiguo

Lo perdido se ha perdido
La luna está en los espejos
Hay una silueta
en lo más oscuro de tus ojos
Te mira y pide que abraces su esencia
Asquerosa
Tierna
Eterna.

Una diminuta espada
logró desangrar a la luna de agua

Un milagro se ha perdido
En lo profundo de la matriz
de una sola flor.
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Divino monstruo

He caído en un abismo 
lleno de luz y vibración

Caigo hasta la raíz
y el exilio de las palabras
Hasta el núcleo del vacío

Caemos sobre los finales
Nos levantamos en los principios

En el abismo
el humo se ha vuelto oxígeno
La enredadera ha trepado sobre el junco y ha coronado la nada

Le prendo fuego a tres hembras
Danzan las actitudes
y los entornos
entre ilusiones de luces
y sombras

El fuego ilumina la caída
Ya no brota el llanto de las fuentes
Las llamas lo secaron todo
La lluvia no cae en esta tierra
No logra entrar en el agujero
que abrió la lanza

Sequía, sequía

Sigo cayendo
Se acerca el fondo
Mientras tanto voy perdiendo
la forma

Los sentidos explotan

¡Qué golpe tan duro!
¡Qué cuerpo tan pequeño!

Qué oscuridad tan absoluta
cuando despierte el universo
y se acabe el sueño.
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Disociaciones y la visión

Vi el Sol ocultarse por el Este
Dejando un ascua todavía caliente
Para proteger un corazón que me era prohibido.

Las aguas del foso resbalaban por mi lomo
Y mi mundo interno perdía su estoicismo.

Al mundo le quedaban unas pocas horas
Y yo no podía volverme ovillo.

Sobre el pelaje del cordero anidaban las lunas del universo
Y el calor de una gran explosión.

Un río de luces atravesó la noche
Cuando la sombra más hambre tenía.

Cuando el Sol se escondió por el Este emergió de las aguas una luna menguante
Y en el crepúsculo de mi caída vi el nexo entre la espuma del mar y el tronar de la montaña.

Me diste la espalda
y encontré otra verdad.

Eso no fue todo
Había perdido.

Perdido las cosas cotidianas.
El tiempo llegó a esta parte de mi cuerpo donde no llega el aire.

Parafraseando el verbo olvidé el temblor de los cuerpos,
La ida y venida de los vientos, heridos por el camino más corto del rayo
en su descenso a la tierra.

En la palabra perdí mi naturaleza
Y encontré cientos de disfraces para aburrir a las ovejas.

Ahora, ya desnudo,
A la naturaleza le alarman mis juegos
De manos y palabras.
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(Estoy) más allá del horizonte

Estoy fijando un horizonte
donde los truenos del padre destrozaron la suerte.
Ahí donde soy todas aquellas cosas
pero ninguna.
Donde los cuerpos se vuelven uno
sublimados en la arena.
Donde el cielo estrellado de milagros
se arrastra por las venas.
Donde el viento arrastra rosas del desierto esculpidas por el rayo,
Atadas por la química del amor
Y por la física de la materia.

Donde el camello se desliza
sobre las dunas.
Donde las luciérnagas cuentan historias
alrededor de la farola.
Donde la nana es para el que se va y no regresa.
Donde el dolor és para los que curan.

Al nacer fui semilla
de dolor saturado.
Último amor de madre
Primer amor de hijo.
Ganso que no pudo volar
sobre la danza de la hierba,
que se mece desde el amanecer
hasta el abismo.

La gloria será póstuma y eterna
No se lo que digo
Más allá del horizonte
está mi ser
Y por más que he andado
todavía no me encontré.

Me esperan sabores de la tierra
que para el lenguaje son ambrosía.
Una historia que capitular
Y la luna más llena.
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Poema para tolerar el malestar.

Todo y nadie.
La identidad oculta por el enjambre
La cueva muda
La poza centenaria
Los sentidos de la abeja
La ausencia de seis años
El arma enfundada
Una voz escondida
Para el sediento
una bota llena de agua.

Luz atrapada
en los estambres del cuerpo
Puente que uno atraviesa
hacia el hervor de la sangre
que siempre regresa
Los versos simples
El compás acelerado
La melodía triste
Aromas de sombra y luz
que arrastra el viento.

Alma fragmentada
bajo el peso de la cadena
Tres hormigas aplastadas
en el bolsillo
Un manojo de valores
escondidos en la arena
El clavo
Amante del martillo.

Deseos que todavía no se cumplieron
Ciclos que no se cerraron
Melones abiertos
para bocas sin hambre
La caída tras la caída
Y el suplicio de no saber estar contigo
Cercano como el brillante día.

La mano que se alza en la partida
El amor abierto
Ruidosas palabras atoradas
Rima aleatoria y sincronías
La casa por fin limpia.


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Hoguera y las cenizas.

Mi camino tiene la luz
de unos ojos negros
Y la sombra de una llama
que se apagó a mitad de un recuerdo.

Voy olvidando
la textura de las palabras,
las mareas de tu pelo
Y la promesa que nació
En el ambiente más ajeno.

Me pierdo
en los lugares donde te alejabas...
Me invade el arrepentimiento.

Porque colgué la alegría en el perchero,
detrás de cada puerta atravesada.
Porque adopté el silencio
para no dejar mis terribles huellas
en otro cuerpo.

Me muevo despacio
y piso suave
el suelo de este templo.
Visto ropa cara
para ocultar que algo falta
en lo más interno

¿Qué hice con mi fuego?
¿Qué hicieron de las llamas?

Se consumió en la gran hoguera
de mi servilismo
Las usaron para incendiar
los velos que ocultan la nada.

Me desprendí despreocupado
de toda lección y experiencia.
Olvidé que el fuego que arde una vez
luego no vuelve a ser el mismo.

Eché en él mi voz
Los colores y las herramientas
Los papeles y el farolito
Un par de buenas profecías
Y la última pelea.
Mi futuro y las alegorías,
La maldición y las promesas.

Incluso me eché a mí mismo
Junto a los espasmos de la ira
Lancé el llanto y con la tristeza
se fue también la alegría.

Soy ceniza
a la espera de un renacimiento
Soy el soplo de un verbo
que viaja a lomos del tiempo
La canción sin melodía
La fosa sin cadáver
La vida sin ironías
Un pacto sin manos
El trago que sabe a melancolía.