Minientrada

Éxtasis

Embutido en estas cuatro paredes,
de átomos calientes rodeado.

Ahogado en alcohol, para ser feliz en el atardecer de otro tejado.

Sumergido en mi cabeza que lejos me ha llevado:
Me arrepiento de todo lo que he masticado y luego digerido.

Se va mi vida.
Se la lleva el aire
Para iluminar el camino de los que flotan en su viaje.

Veo una estrella en lo profundo de un sueño.
Brilla en la mitad de los que duermen.

Le pido
Le pido
Le pido

Cuanto más cerca está
más cerca está lo que he vivido.

Mis manos abarcaban el espacio.

Mi pecho encontró hace millones de años tus suaves manos.

¿Qué haría sin el lenguaje que nos da forma?.
Tal vez ahogarme en la maldad y en el caos.

Estoy preparado para irme
Irme adentro
Ven a buscarme donde se esconde el horizonte que persigo.

(¿Pero dónde te has escondido?)


Minientrada

Pronto, pajarillo.

Preguntó: ¿cómo puedo ayudarte?
Respondió: ¡déjame volar!

Tú, qué estás exiliado en la luna dinos:
¿pueden ahí los pájaros alzarse?

Vuela aquí abajo pajarillo. Comparte con el mundo el canto de tu particular siringe.

Regresa de tu huida.

Eventualmente verás que el llanto es uno de tantos cantos.
Que tu canto no es un imperativo.

(Te fuiste lejos pajarillo)

Tu vuelo será libre
Porque tu canto es profundo.
Una lamento sin forma
Procedente de un sueño iracundo.

Dinos que estuviste, que fuiste.
Y que regresaste de un cielo
tan lejano que podría parecer un espejismo.

Vuela con nosotros pajarillo.
(¿Qué es la libertad?)
Y que el más rebelde viento no sepa que nuestras alas son de cristal.
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Anhedonia

Pasan las horas y corren los planetas
Llevo una cruz a cuestas
Corren las horas
pasan a mi lado los planetas
Llevo una pesada cruz a cuestas

Fotones de luz me atraviesan
arrancan de cuajo las oscuras raíces
que me arraigan a la tierra

¿Qué más puede ser?
Tal vez una guerra interna
¿Qué más puede ser?
Ay, único sol
Amores que no me recuerdan
¿Qué más puede ser?

Vuela mi mente
El ardiente verano se quedó atrapado
en estas cinco paredes
y consume las horas muertas

Quisiera estar cerca
Retroceder las agujas
Son temporales las estrellas
de arriba
Se mueren las estrellas
de mi cabeza
y es imposible estar contigo

(Te enseñó a volar, no a aterrizar)

La música me pide recordar
lo que nunca he dicho
La poesia me invita a recordar
que aún sigo vivo

(No quieres en tu sangre vino)

Pasan las horas
Sigo inmóvil y amedrentado
por la culpa de un pecadito

Me atraviesa la luz
Esta se pierde
en los meandros de mis preocupaciones

Cuando termine la guerra
¿habrá bebida y fiesta
en este campo devastado?

Daría cualquier cosa
por estar con vosotras
semillas del árbol
novias de la noche

Hoy voy a quedarme solo
Esperaré a mañana
para despegarme de la cama

Hasta entonces sol del día

Seguiré en esta protegida casa
donde sufre el que llora
Donde el paciente tiene en sus manos
su próxima vida y la gloria
Donde el iracundo rompe los platos
donde el rabioso estrella su infancia

No puedo respirar
mis pulmones están inundados
No puedo gritar
tengo seca la garganta.
Mi corazón es una fragua estelar y mis entrañas una ofensa
para los que aman

Me refugio
en mi consciencia alterada
Ahí encuentro verdades ocultas para evitar una reveladora metáfora

¿Cuándo habitaré mi casa?
Se que dudo
se que existo
se que estoy en Dios y
que Dios está conmigo

Brindaré por el oscurecer del día
que trajo la poesía
después del desamor

Perdí el interés
la satisfacción y el placer
por casi todo
Me queda la constante ensoñación

Soñar que soy el otro y
que el otro soy yo

Ya voy llegando

Agradezco el amor que recibí y
los dolores que después llegaron

Ahora mi cuerpo es una cicatriz
llena de pájaros

Agradezco el amor que pude dar antes de que se desatara el caos
Y el reclamo de la perdiz
cuando se acercaba el verano

Agradezco mis días de soledad
Agradezco nacer de mis adentros y
por abrazar tener brazos

Agradezco tu compasión
fantasma de la arbolada
y la sonrisa Duchenne que compartes
cuando el amanecer nos alcanza

Agradezco tu presencia
quimera de las noches
A través de tu límpido cuerpo puedo oír el canto de la caracola y ver las manos
trabajadoras del padre

Agradezco poder vivir
más allá de la noche
Amar en el crepúsculo de un sueño
Y vivir en cada sueño

Agradezco
que las horas hayan sido largas
Haber cortado tu pelo
Haber probado la luz de tu faro
Agradezco el pan caliente
que compartimos
La mesa tendida
La cama bien hecha
La ropa planchada
La jalea del día
La ópera de la noche

Agradezco tener dos manos
con ellas no me faltará nada
Ser testigo del brillo
en tu mirada.
Agradezco que puedo escribir
para florecer
Agradezco que puedo florecer
en este cuerpo yermo
y deshabitado

Agradezco que tengo oídos
para seguir tu respiración
Agradezco la sombra del verano
y el viento que sopla
entre las hojas
Agradezco vivir donde vivo
porque huele a mar y a río
a verde de árboles, hierba
y montaña

Agradezco el llanto
Las luces que se encienden
en la ciudad
El mundo largo
Las golondrinas
que siempre vuelven
El rezo de mi abuela
El hundimiento de un pecadito
El beso de la espina
que tiñó de rojo mis labios
Y recordar
que tú todo lo mereciste

Queda tanto por agradecer
pero no sé cómo articular la luna
la desdicha ni el placer
Pero vale la pena perder
si te esperan
unas bondadosas manos

Tengo que alejarme de todo
para llegar a alguna parte
Tengo que arder mi voz
para forjar la hoz
que segará el campo milenario

Mi mente es un terreno frágil
Mi mente es un desordenado campo semántico

Agradezco que quisieras venir
Haberte visto de nuevo
antes de volver a morir
una vez más
en el nocturno desierto

Verde melancolía.

No debería haberlo hecho
pero me falla la actitud
y me supera el entorno.

La culpa que siento ahora
mañana será lejana como un pájaro
Y volveré a caer en la placentera trampa porque tal vez así lo quiero,
porque tal vez ese es el mandato.

La angustia nada en los ríos calientes
que mantienen  fértiles los mediadores de mi cuerpo.

Volveré a hacerlo,
tal vez en unos meses
para recordarlo cientos de años.
Para que el observador, el pensante y la persona encarnada se conviertan en uno y se acaben los llantos.
Entonces me dirán: arrepiéntete una vez más, por defraudar al niño que claramente no encuentras.

Así que con esta vehemente exhalación envío mi pesar al viento, para que se lleve lejos este desconsuelo.
Pues estoy abrazado al desasosiego.

Nada entra ni se queda, y los demonios que tengo dentro no se van.

No debería hacerlo, a ratos pienso.
No debería lamentarme porque este es mi cuento.
No debería salir de mi cuerpo pero es hermoso verlo de lejos.
Es emocionante hallar el sentido a todo aquello que cuando supuestamente mejor se ve, no lo encuentro.

Son bellas las sincronías que se dan cuando el terrible veneno es empujado sin miramientos hacia adentro.
Así, algún día, cuando la hierba inunde mis pulmones, vomitaré el pasado con la violencia natural de aquellos que temen a lo desconocido.

Quiero hacer pedazos con mis manos las piedras
Volar por encima de cualquier frontera
Pararme frente a un espejismo
Sin sed
Sin hambre
Sin nada en los bolsillos
Sin nada de bien, sin nada de mal.

Una visión me mostró un cubo:
su estructura era de carbono, sus caras irisadas y entendí que ese objeto soy yo.
Entonces era oscura la noche
E inmenso el desierto.

Cuando reaparezca la bifurcación volveré a hacerlo y lloraré por dentro
Por sentirme débil
Por creerme tuerto.
Lloraré por dentro todo aquello que lloré hace mucho tiempo.
Entonces el mundo me dará un par de segundos, una oportunidad
Y me pararé frente a ellos y después de haberles mentido seré honesto, para no saborear mi miseria, para no cargar con más muertos
Ni con la boca de locura sedienta.

Ayúdame señor de los cielos
Cubre mi ser con tu manto y llora conmigo lo que ni tú ni yo comprendemos
(por habernos convertido en esta reflexión)
Y tú,
que quieres entrar en este corazón,
abandona toda esperanza.