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Disociaciones y la visión

Vi el Sol ocultarse por el Este
Dejando un ascua todavía caliente
Para proteger un corazón que me era prohibido.

Las aguas del foso resbalaban por mi lomo
Y mi mundo interno perdía su estoicismo.

Al mundo le quedaban unas pocas horas
Y yo no podía volverme ovillo.

Sobre el pelaje del cordero anidaban las lunas del universo
Y el calor de una gran explosión.

Un río de luces atravesó la noche
Cuando la sombra más hambre tenía.

Cuando el Sol se escondió por el Este emergió de las aguas una luna menguante
Y en el crepúsculo de mi caída vi el nexo entre la espuma del mar y el tronar de la montaña.

Me diste la espalda
y encontré otra verdad.

Eso no fue todo
Había perdido.

Perdido las cosas cotidianas.
El tiempo llegó a esta parte de mi cuerpo donde no llega el aire.

Parafraseando el verbo olvidé el temblor de los cuerpos,
La ida y venida de los vientos, heridos por el camino más corto del rayo
en su descenso a la tierra.

En la palabra perdí mi naturaleza
Y encontré cientos de disfraces para aburrir a las ovejas.

Ahora, ya desnudo,
A la naturaleza le alarman mis juegos
De manos y palabras.